La Despedida de los Vándalos

La enorme y reformada cueva cerca de Ogrimmar servía de hogar a los Vándalos que habían eliminado de allí a la horrible secta de brujos y traidores orcos.
Hoy estaban reunidos los pocos que quedaban y todos sabían porque estaban allí. McAllus era el más grande de la sala y el único con rango oficial, ya que sus amigos Tauren y Trolls ya no estaban a su lado, tampoco los dos elfos a los que llegó a considerar buenos camaradas a pesar de lo despreciable y patética que le parecía esa raza.
Hoy era el día del adios, hoy para él los Vándalos morían. McAllus dio un paso al frente y miró con orgullo y tristeza a los pocos que quedaban.
- Hoy decimos adiós a nuestra hermandad - comenzó el orco con la voz entrecortada,tenía los ojos llorosos perono derramaría ni una lágrima porque juró que no volvería a hacerlo tras las muerte de su maestro - Hoy los que quedamos atrás por la partida de Guyuk, Gerion, Ansira y loos demás oficiales tenemos que separarnos. Vosotros aún sois jóvenes y debéis curtiros en vuestras profesiones, yo debo marchar a las tierras malditas de Rasganorte aunque antes ayudaré en la lucha contra la legión ardiente en Terrallende. Algo a lo que espero me sigáis cuando estéis preparados ya que nuestros antiguos camaradas decidieron no aportar su grano de arena en la lucha contra el rey exánime...
El silencio se hizo en la cueva.
Por la entrada de la cueva se coló un frío sepulcral, todos se giraron y vieron a lo que en otra vida debió ser una bella elfa de la sangre. Portaba un enorme hacha de dos manos a su espalda, una completa armadura de placas y llevaba de las riendas al lobo salvaje de McAllus y un caballo hecho de puras sombras.
- Esa es Alegy, mi nueva compañera - dijo McAllus - Ella era una víctima de la plaga esclavizada por el mil veces maldito Arthas, pero ahora ella y sus hermanos caballeros están libres y son nuestra mejor baza para vencer en esta batalla.
McAllus comenzó a andar y estrechar las manos de los pocos Vándalos que quedaban hasta que llegó al último de la cueva casi al lado de Alegy, era un troll de pelo anaranjado, de cuerpo fibroso, vestido de negro y con dagas al cinto. Era Onises uno de los últimos reclutas al que McAllus mismo había apadrinado.
-A ti más a que ninguno te espero para luchar conmigo en Terrallende - dijo McAllus lleno de orgullo - Yo te he entrenado y sé de lo que eres capaz.
Onises simplemente asintió y salió de la cueva. McAllus se giró hacia la cueva y todos los presentes y saludó con la cabeza para inmediatamente salir de la mano con Alegy

Comentarios

  1. Esto me ha gustado mucho de leer. Es fascinante. Cuanto poder reúnes.

    Entonces eres de la legión oscura. Eso he creído entender.

    Me ha gustado mucho.

    Abrazo

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  2. Los Vándalos era la hermandad que tenía con unos amigos en el servidor de Shendralar en el WoW, como mis amigos dejaron el juego me he ido a otro servidor con mi primo y otros colegas que están allí. Puesto que pasé muy buenos momentos en esa hermandad he querido despedirme y enterrarla gloriosamente, ahora me toca luchar sin su compañía pero seguiré haciéndolo ayudado por mis nuevos aliados :D
    Me alegra que te haya gustado, lo escribí ayer aunque hasta hoy no me he acordado de publicarlo (es que lo escribí en el cercanías de camino al trabajo, guardé el borrador y se me pasó hasta hoy jaja)
    1abrazo

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