Campaña de Rhelus: Batalla en la llanura de Praxis

El crucero imperial clase Venganza llamado Justicia Ciega había llegado a la órbita del planeta Rhelus hacía tan solo unas 12 horas. Sus órdenes eran reforzar la flota del sistema, sin embargo, su servicio había durado menos de dos horas. La nave explotó en llamas justo cuando las naves de batalla Tau habían llegado al sistema, sin embargo, todas las comunicaciones imperiales apuntaban a una sobrecarga de los sistemas de la propia nave nada que ver con los Tau ya que todavía estaban lejos del planeta cuando explotó la nave.

Odsou sonreía mientras escuchaba aquellas transmisiones desde la superficie del planeta. El antiguo capitán de la primera compañía del capítulo renegado Fuego de la Transformación paseaba mientras sus tropas terminaban de preparar el campamento desde donde dirigirían sus ataques. El plan del maldito hechicero había funcionado, sobrecargar la nave para interferir los sensores imperiales a la vez que se teletransportaban toda la infantería al planeta y se lanzaban varias cañoneras Thunderhawk. La vía de escape sería difícil si la magia fallaba pero contaban con que los traidores que los Portadores de la Palabra habían infiltrado en la flota les dieran una ruta auxiliar. Pero no había posibilidad de fallo, debían triunfar el Príncipe Almícar así lo había ordenado pues el planeta era vital para el despliegue de la siguiente oleada de la invasión.

Odsou se giró inmediatamente saliendo de sus pensamientos cuando escuchó acercarse al hechicero Voluptus. Odsou siempre había sentido desprecio por el ansia de poder del hechicero, incluso cuando era el capítulo que aún servía al imperio. Voluptus nunca perdonó que Ransin hubiera sido nombrado bibliotecario mayor del capítulo y ahora con el sacrificio del bibliotecario en la ascensión de Almícar era el mayor candidato para ocupar el recién creado puesto de Diaconus. 

- Magister Odsou pensaba que encabezarías la línea de infiltración - dijo Voluptus - Con lo que te gusta jugar con tanques nunca pensé que los prestarías para ir con ese demoníaco engendro de Nurgle que nos ha dado Galvanus. 

- Primus - dijo Odsou usando el título que tanto odiaba Voluptus - harías bien en no olvidar que ahora el Príncipe Szerelem es el magister de la sexta compañía junto a los marines infectados de los Puños de Firmeza y los miembros de la vieja legión de los Guardianes de la muerte. 

- No lo olvido y tampoco lo apruebo... pero desde que Almícar es un príncipe demonio no escucha mi consejo y si el del príncipe de Nurgle y el capitán de los hijos del cielo - dijo Voluptus lleno de ira para añadir casi a gritos - ¡Pero si incluso escucha a ese oficial de los Ángeles de los cráneos que sirve a Khorne!

- Tranquilízate - dijo Odsou - Nuestro príncipe ve cosas con las que ni siquiera tus poderes pueden soñar. 

Los ojos de Voluptus se llenaron de ira y miró a Odsou como si se estuviera planteando fulminarle inmediatamente pero finalmente abrió los puños y suspiró. 

- Supongo que algo de razón llevas - admitió - Venía porque imagino que ya que no has ido con el Príncipe Szerelem querrás dirigir conmigo el ataque contra los ejércitos que se han reunido rápidamente para hacernos frente. 

- Por supuesto, hace tiempo que mi espada no prueba sangre imperial - rió Odsou. 

- Pues podrá probar sangre imperial y Tau - dijo Voluptus - Se han dirigido unidos a hacernos frente dejando de lado las diferencias que debían tener dado los combates que había en órbita. 

- Hagamos que se arrepientan de haberse unido - dijo Odsou - Esos Tau deberían haber aprovechado para huir. 

Odsou y Voluptus se encaminaron hacia su ejército. Antaño valerosos marines del capítulo Fuego del Emperador y ahora conocidos como renegados por todo el sector y llamados Fuego de la transformación. 

A pesar de haber entregado su alma a Tzeentch a cambio de sus bendiciones, Odsou no olvidaba que fue un capitán y le encantaba que el grueso de sus tropas tampoco lo hubieran hecho. 

Veía orgulloso a su escolta de exterminadores los Legatus Benes, Bliko, Balzej y Bohumil esperándole junto a su Land Raider de mando; cerca de ellos bromeaban sobre cuantos imperiales aplastarían ese día las dos escuadras de veteranos de Tzeentch que se hacían llamar los rebanadores al cargo del Legatus Bredich y los asaltantes de Tremulo al cargo del Legatus de mismo nombre. 

- Te dejo la parte táctica a ti - dijo Voluptus cuando estaban más cerca de los marines - Yo voy con mis Consor para preparar una desagradable sorpresa a nuestros enemigos. 

Odsou simplemente asintió, sabía a que sorpresa se refería Voluptus y sabía que eso le costaría un buen soldado pero era un precio pequeño para traer a los demonios al plano material. Miró hacia los Consor Dusanek y Evzen que se mantenían apartados de los demás marines junto a los marines sin alma que eran ahora los desafortunados miembros de la novena compañía, simples armaduras animadas por la oscura magia de Tzeentch. 

Cerca del Land Raider de mando estaban estacionados los rhinos de las escuadras de antiguos marines tácticos al mando de los Legatus Ferda y Jozka. Junto a ellos estaba uno de los arrasadores de la tríada de Sargan revisando que todo en los tanques funcionaba bien. Odsou no diferenciaba a ninguno de los tres aunque sabía que Rubin era el que hablaba siempre en nombre de los tres; El segundo arrasador estaba revisando el funcionamiento de las motocicletas de la escuadra del Legatus Ondrus; el tercero de los arrasadores simplemente miraba hacia el horizonte como si quisiera vislumbrar al enemigo, a su lado estaba la terrible máquina de guerra que era el profanador al que Rubin llamaba Rotivlav

Mientras pasaba al lado de los marines de asalto del Legatus Reznik escuchó como empezaban los cantos de Voluptus y sus hechiceros para encerrar en las reliquias del caos que portaban a los demonios que lanzarían sobre sus enemigos si así Tzeentch lo quería. 

Odsou llegó al lado del resto de sus hombres y los legatus de todas las escuadras se reunieron con él. 

- Hermanos, tenemos ante nosotros un movimiento decisivo para que esta guerra comience bien - comenzó - como ya sabréis los infiltradores del Legatus Tremulo han localizado a las fuerzas imperiales acercándose a nosotros apoyados por los xenos Tau, nos superan en número y tecnología pero nosotros tenemos una ventaja inigualable

Odsou guardó silencio unos instantes antes de proseguir para crear expectación. 

- ¡Nosotros tenemos de nuestro lado a un verdadero Dios! - exclamó - Y, además, Tremulo ha descubierto el lugar perfecto donde su número será un obstáculo un paso cerca de la entrada a la llanura de Praxis. En ese lugar nos enfrentaremos a ellos y les derrotaremos. 


*****

La batalla comenzó con un intercambio de disparos ensordecedor, cuando el humo se despejó pudo verse que la efectividad de las armas de Tau y guardias imperiales era ineficaz contra los hechizos protectores del caos ya que su magia había mitigado la mayor parte del daño que la artillería debería haber causado. 

Los infiltradores de Tremulo por un lado y de Bredich hicieron honor a su fama y lograron colocarse en una posición impecable donde las bendiciones que habían recibido de parte de Tzeentch les protegieron del fuego de plasma y les permitieron causar mucho daño antes de tener que buscar posiciones resguardadas. 

Uno de los marines de Tremulo fue usado como huésped de un demonio mayor, Rabzolga, atado a su cuerpo por Voluptus y sus consor antes de la batalla. El destrozo que causó por el flanco más fuerte de los aliados fue brutal. 

Durante la batalla las únicas bajas verdaderamente importante se produjeron entre las filas de los marines sin alma pero no preocupaba mucho a Odsou pues ya había visto como después de la batalla lograban reunir de nuevo las armaduras a las almas torturadas que quedaban libres en el campo de batalla. 

También con la presencia de Rabszolga en el campo de batalla aparecieron unos 20 demonios menores que lograron detener al recién llegado inquisidor del ordo Xenos al que Voluptus logró poner en serio apuros gracias a que retorció la carne de uno de los escoltas del inquisidor hasta convertirlo en un amasijo de carne atado a su voluntad, lástima que la magia no mantendría demasiado tiempo al engendro vivo. 

Odsou desembarcó de su land raider al lado de unas armaduras casi invisibles de los Tau que aunque difíciles de impactar desde lejos no fueron nada para las espadas y cuchillas de energía de la escuadra, por desgracia, el desviarse tanto para dar caza a esas armaduras les impediría entrar mucho más en acción. 

Los arrasadores y su profanador causaron muchísimo daño a distancia pero llegado un momento de la batalla el profanador no aguantó más y se dirigió a aplastar a unas motocicletas gravitatorias de los Tau con sus garras. 

Los que tuvieron peor suerte del ejército del caos fueron los motoristas que vieron muy dañadas sus motos y tener que retirarse con algunas bajas. 

Finalmente las fuerzas imperiales y Tau no solo tuvieron que retirarse si no que como el inquisidor fue arrestado por aliarse con los xenos acabaron peleando entre ellos. 

*****

Odsou limpiaba su espada en el uniforme de un oficial imperial muerto de un disparo de bolter en la cabeza mientras escuchaba el informe de daños y bajas. Parecía que la batalla se había saldado casi sin bajas ni daños irreparables en los vehículos. Un comienzo muy prometedor pero el resto de la campaña no sería así, en esta batalla el ataque sorpresa y la enemistad entre humanos y xenos les había ayudado a que aunque unidos no pudieran organizar una batalla en condiciones. 

Ya se había comunicado con el príncipe Szerelem para que interceptaran a los Tau en su huída hacia su campamento para reducir aún más el escaso número de los alienígenas. 

Voluptus había ordenado a uno de sus hechiceros que se dirigiera con un pequeño contingente de humanos renegados de la ciudad colmena para infiltrarse allí y lograr realizar un ritual con la secta que los Portadores de la Palabra habían creado en el interior de la colmena durante varios años. 

Depender tanto de la magia para tener una esperanza de victoria no terminaba de gustarle a Odsou pero adorando al dios de los hechiceros suponía que algo más fácil lo tendrían...

Relato original de la campaña publicado en Crónicas del Sector Vedasto

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