El auge de los Señores de las Runas #0

Como dije en la entrada del personaje desde el punto de vista de reglas, aquí viene su trasfondo unos días después. En este caso voy a describir a Aldara y Seathiel físicamente a la par que cuento algunas de sus historias y como llegó hasta el Pueblo costero de Punta Arena. Al final el primer encuentro de la aventura he decidido dejarlo para el siguiente relato pues jugamos poquísimo después de crear las fichas y creo que quedará mejor todo junto en un solo relato.


Apariencia


[caption id="attachment_2751" align="aligncenter" width="259"] Aldara[/caption]

Aldara es una joven humana de 17 años, 1,51 de altura, 42 kilos de peso, pelo castaño claro y ojos azules (Aclaración: todo es tirado con dados, aunque en el caso de la edad si salía más de 21 repetía porque siempre pienso que si soy un aventurero de nivel 1 con 0 puntos de experiencia es porque no he vivido mucha cosa antes de empezar a jugar y por tanto no deben ser muy mayores mis personajes).

Infancia


La infancia de Aldara no fue fácil porque no se le permitió tener amigos y apenas relacionarse con alguien que no fueran los sirvientes y su padre, el causante de este aislamiento.

Jeff Guther, el padre de Aldara, es actualmente un acomodado burgués de la ciudad de Magnimar pero no siempre fue un comerciante solidario con los pobres y mecenas de artistas. De joven Jeff, que por aquel entonces no tenía apellido, era lo que podría decirse un auténtico bastardo: mataba, violaba, secuestraba y robaba sin piedad como parte de una pequeña banda de salteadores.

Sin embargo, llegó un momento en la vida de Jeff, nadie sabe muy bien porqué, tuvo una iluminación y decidió dejar esa vida. La noche de su visión mató a todos sus compañeros mientras dormían y se fue con todas las riquezas de la banda. Compró una casa de Magnimar, el lugar más lejano que encontró a su zona de trabajo anterior y allí con el dinero que tenía compró varios comercios, ayudó a la iglesia e incluso construyó un orfanato.

Con el tiempo conoció a una mujer de una familia rica pero caída en desgracia y se casaron, cogiendo Jeff el apellido Guther de la familia de su mujer; de este matrimonio nació 2 años después Aldara pero en el parto murió su madre y eso hizo que Jeff que había formado parte de lo peor del mundo metiera a su hija en una burbuja: vida solo en su mansión, contacto solo con los sirvientes y educación privada.

Aldara resultó ser una niña activa y aventurera, probablemente debido a su encierro forzado y al no tener amigos comenzó a hablar continuamente sola como si tuviera una amiga invisible a la que comenzó a llamar Seathiel, nombre que había leído en un libro que hablaba de los celestiales.

Adolescencia




Cuando cumplió los 15 años descubrió que tenía cierto don para la magia pero no lo compartió con su padre por miedo a que aún fuera más estricto con su aislamiento ya que no hacía tanto que había conseguido permiso para salir de paseo por el pueblo con su niñera y dos mercenarias contratadas de un lejano y exótico país.

Esta magia era muy simple y sencilla por más que se esforzaba, simplemente lograba hacer luz y una vez que se enfadó con su padre y se fue corriendo a su casa, acabó derritiendo un trozo de su mesa con un escupitajo que se le convirtió en ácido en lugar de saliva.

A pesar de su niñera, que era unos 6 años mayor que ella y sus dos guardaespaldas se sentía siempre sola y su padre no dejaba que se relacionara con nadie más por lo que comenzó a desear con fuerzas tener un amigo y acabó invocando un día un perro que tras un minuto desapareció pero poco a poco vio que era capaz de invocarlo varias veces al día.

Con 16 años ya era capaz de invocar diferentes tipos de animales y gracias a su ayuda fue capaz de aprender a escaparse y juntarse con las niñas del orfanato de la ciudad para hacer travesuras y divertirse.

En una de estas escapadas un grupo de hombres acorraló a Aldara en un callejón con intención de robarle y algo peor cuando ya estaba regresando a su casa después de despedirse de sus amigas. Estaba aterrada y trató de usar su poder de invocación para traer algún animal que le permitiese escapar pero en lugar de salir la rata gigante en la que estaba pensando apareció otra cosa, algo con lo que ya había soñado a veces, el aspecto que le ponía a la amiga imaginaria con la que tantas veces hablaba. (Aclaración: es cierto que el ritual de traer al Eidolón tarda un minuto pero queda bien que la primera vez el miedo se saltase ese ritual)

[caption id="attachment_2752" align="aligncenter" width="345"] Seathiel[/caption]

Entre ella y sus atacantes se encontraba una fibrosa y guapa mujer con un bonito vestido de fiesta, o al menos a primera vista parecía una mujer porque su pelo era completamente plateado, pero no de canas si no de un color plata brillante, sus ojos esmeralda eran inhumanos, sus manos acababan en unas afiladas garras y de debajo del vestido le salía una larga cola reptiliana. (Aclaración: en este punto el Eidolón no tiene alas a nivel de reglas pero en el futuro las tendrá). Era su amiga Seathiel con la que tantas veces había hablado en su mente pero hecha carne.

Acabó con los 3 asaltantes sufriendo solo un pequeño corte de una daga en su brazo. Seathiel corrió hacia ella, guardando las garras mientras se acercaba y agarró a Aldara de la mano saliendo las dos corriendo de camino a la mansión.

Una vez se colaron de vuelta a la habitación de Aldara esta le puso la mano en la herida y cuando esto ocurrió, la herida se sanó inmediatamente. Parece con Seathiel podía hacer más magia y con mayor facilidad. Además, a diferencia de cuando convocaba animales que desaparecían en apenas un minuto, Seathiel no se iba nunca salvo cuando era necesario que se escondiera de sus sirvientas o de su padre. Luego se concentraba durante un minuto y Seathiel volvía a aparecer a su lado.

La fuga


El día de su decimoséptimo cumpleaños su padre, que ya rondaba los 60, le dijo que debía casarse con un importante noble que había visto a Aldara unas cuantas veces cuando venía a visitar a su padre por negocios. Su padre estaba feliz porque era un matrimonio muy bueno para ella y para los negocios, ya que estaría protegida por alguien poderoso cuando él ya no estuviera.

Aldara se mantuvo impasible durante la cena pero cuando se retiró a sus aposentos con sus regalos oficiales, un vestido y una gargantilla de su padre, y los secretos, una daga ceremonial y una ballesta adaptada a su tamaño que le habían regalado sus guardaespaldas con la frase "una mujer debe defenderse sola".

Y estos regalos fueron los que terminaron de convencerla para hacer algo que había hablado con Seathiel cantidad de veces, esa misma noche abandonaría su hogar. Invocó a su única amiga, recogió lo justo para el viaje, mandó a la sigilosa Seathiel a robar una bolsa de dinero del despacho de Jeff y cuando era de madrugada las dos estaban abandonando Magnimar.

Ahora


Durante 3 meses viajaron solas. Seathiel escondiendo como podía su cola bajo largas faldas de campesina y Aldara vistiendo ropas de viajero pobre, aunque llevaba en el fondo de su mochila bien protegido el vestido elegante que su padre le dio por su cumpleaños.

En esos meses Aldara hizo algo que se le había negado durante mucho tiempo y que ahora es una de sus cosas favoritas, beber cerveza. Ha demostrado a pesar de su ligero peso tener una gran capacidad para alcoholizarse.

De hecho, esta facilidad para beber ha hecho que se convierta en una leyenda rápidamente de la taberna de dudosa calidad llamada Pez Bruja en el pueblo Punta Arena.

Punta Arena, es un pueblo que en otros tiempos vivió un gran esplendor pero los asesinatos del troceador hace 5 años y la posterior destrucción de la catedral hizo que cayera la fama del lugar, ahora se espera que el pueblo recupere su antiguo esplendor tras el tiempo pasado y la inauguración inminente de la nueva catedral.

Y es precisamente la inauguración de la catedral y sus fiestas asociadas lo que ha hecho que Aldara llegase hace una semana a Punta Arena y tomara Pez Bruja como su sitio favorito para beber barato y ganar apuestas contra borrachos.

Y por fin hoy es el día de la gran fiesta...

 

 

 

 

 

 

 

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