Pensar fríamente

Jano Etiosno capitán de la guardia de la metrópolis de Viyen era un tipo enorme de algo más de metro ochenta que a pesar de sus 30 años y su incipiente barriga cervecera seguía conservando sus fuerte espalda y sus musculados brazos. Su tez morena por el sol, que contrastaba con sus ojos de color verdoso, tenía varias cicatrices de sus tiempos de soldado y suboficial. En los momentos de furia, como aquel, sus cicatrices se ponían de un color blanco que a su acompañante, Fenton, siempre le parecía gracioso.

Fenton Inverston quedaba oculto ante lo voluminoso de su compañero. Él apenas llegaba al metro setenta y tenía un cuerpo muy delgado, su rostro era de alguien joven y muy pálido lo que hacía que sus ojos negros resaltasen todavía más.

- ¡Eres un cretino! - le gritó Jano por tercera vez en menos de dos minutos - Ella y yo nos queremos... nunca hemos sido tan felices.

- Venga ya, Jano, solo os conocéis desde hace unos meses y lleváis menos de tres saliendo. - replicó Fenton - En todo caso tenéis un grave caso de enamoramiento pero, jamás, puedes decir que tienes un sentimiento tan puro como el verdadero amor y el querer que surge con el tiempo.

Jano se acercó a Fenton con la clara intención de golpearle pero cuando Fenton levantó la mano, el capitán se paró en seco.

- Has hecho bien en detenerte, Jano, sería una vergüenza que tus guardias te encontrasen inconsciente a manos de un enclenque como yo - dijo Fenton riéndose - Mira, viejo amigo, has estado siempre solo, a pesar de tu fuerza no eres muy agraciado con esa cara y tus modales dejan mucho que desear.

La cara de Jano estaba roja como un tomate menos sus cicatrices que seguían completamente pálidas.

- Es normal que cuando una chica que no cobra te hace caso te sientas así - continuó Fenton - Pero tienes que entender que ahora estás de moda, eres un héroe local y acaban de nombrarte noble. No debes dejar que la primera que se te acerque se aproveche de tus nuevas riquezas...

Fenton se dirigió a la puerta y miró una última vez a su amigo antes de añadir.

- Me voy a un importante viaje - dijo ya con la puerta abierta - Cuando vuelva espero que no hayas hecho ninguna tontería... piensa fríamente para intentar saber que sientes en realidad

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PD: Hay que pensar fríamente antes de decir (o más bien escribir) ciertas cosas. Que uno últimamente lee mucha tontería en las redes sociales.

Este es un relato de una novela que tengo parada de Enatheria pero he pensado que está bien publicarla aquí para que ciertos individuos que puedan leerlo piensen bien lo que dicen, algo así como un cuento moraleja de San Valentín (sin final pero pudiendo intuirse fácilmente)

Aunque sé como termina la historia de Jano no está terminada de escribir así que ya la pondré completa cuando la termine

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